
La mayoría de estas empresas, tienen ya una sólida trayectoria en el sector ambiental y han mostrado, a lo largo de los años, una interesante evolución, pasando, muchas de ellas, de ser simples prestadores de servicios de recogida y transporte de residuos, a contar con instalaciones propias en las que se realizan procesos diversos, en su mayor parte, para la puesta en valor de las materias primas contenidas en los residuos, contribuyendo así a la “economía circular”, mucho antes de que, se generalizara el uso de este término.
Estas mismas empresas, siguen realizando un esfuerzo inversor, de investigación, innovación y formación, muchas veces digno de mención. Sin embargo, el cierre de los ciclos de las materias primas y la reducción progresiva de procesos de eliminación, requiere un trabajo colaborativo con una visión 360°. Es decir, necesita de todos los agentes implicados en el ciclo de la economía circular. Cada vez que se existe una falta de conexión en el círculo, surgen ineficiencias que aumentarán las pérdidas efectivas en el balance de masa y, por tanto, generarán necesidades de eliminación y, en términos económicos, pérdidas de negocio.
Por este motivo nace la idea de desarrollar, desde APROEMA, como entidad representativa del sector, un proyecto que, a través de un trabajo de pequeña escala y reducida extensión territorial sirva para establecer metodologías de trabajo para conectar de manera eficiente a los diferentes agentes que intervienen en el ciclo.